Hace dos semanas, un conocido me comentaba, entusiasmado, lo extraordinaria que le había parecido Bucarest, la capital de Rumanía y de qué, dado el desarrollo del país, que parte de un punto más bajo, le encantaría comprar un apartamento en el centro de la ciudad.
Sería interesante investigar que prospecciones demográficas se han cumplido. Me temo que no hay muchas.